Bienvenidos. Aquí escribo sobre el campo, la agricultura y la producción

  • Producir en Venezuela

    En Venezuela es necesario aumentar la capacidad productiva para hacer frente a la guerra económica que, de alguna u otra manera, ha hecho mella en el bolsillo del común.

  • Producción de berenjena

    Una manera rápida y sencilla de producir, desde la comodidad del hogar, berenjenas.

  • ¿Trabajar en colectivo? ¡SÍ!

    Mis padres, a quienes amo mucho, me enseñaron a compartir con el prójimo lo que tengamos, ya que a su manera de ver si uno da sin esperar nada a cambio, Dios te bendice.

jueves, 21 de enero de 2021

Las formas más frecuentes de estrés en las plantas


En numerosas ocasiones el entorno de las plantas dista enormemente de ser el ideal, provocándoles estrés y, como consecuencia, llevándolas al límite de sus recursos para poder sobrevivir. A continuación daremos un repaso a las principales causas de estrés en las plantas.

Estrés medioambiental

El estrés medioambiental o, más específicamente, el estrés abiótico, se refiere a todos aquellos factores físicos del entorno que puedan afectar negativamente el crecimiento y productividad de las plantas. Se han llevado a cabo numerosas investigaciones acerca del estrés producido por sequía, inundaciones, salinidad y temperaturas extremas (altas y bajas), sin embargo, los cultivadores también se ven afectados por otros factores como la intensidad de la luz y el déficit de abonos inorgánicos (como nitrógeno, fósforo o potasio), los cuales también juegan un papel importante en las pérdidas de las cosechas agrícolas e industriales.

Estrés mecánico

Simplemente con acceder a un invernadero o cultivo estamos provocando estrés mecánico en las plantas, debido a la gran sensibilidad de las plantas a cualquier cambio en su entorno. Los cultivadores experimentados saben que el solo hecho de caminar por sus campos o tocar sus plantas con demasiada frecuencia, puede resultar en plantas más pequeñas e incluso en lesiones en sus tejidos, lo que se puede convertir en un punto de partida de diferentes enfermedades. Las variaciones en el movimiento del aire, las vibraciones o un manejo frecuente de las plantas pueden provocarles estrés. Sacudir o combar una planta durante algunos minutos al día puede dar lugar a tallos más cortos y a una planta de menor peso, ya sea fresco o seco.

A este respecto también se han realizado estudios en laboratorio con plantas jóvenes de Arabidopsis thaliana (crucífera), a las cuales se les sometió a una manipulación del tallo dos veces al día. El resultado fue que las plantas manipuladas quedaron más cortas que las no manipuladas.

El estrés mecánico no puede prevenirse en su totalidad, pero hay que tenerlo presente en todo momento. Para evitarlo en la medida de lo posible el contacto con las plantas debe ser mínimo.

Estrés producido por la sequía

En días soleados, secos, o cuando la luz en el invernadero es muy intensa, las plantas pueden llegar a marchitarse debido a que la pérdida de agua por transpiración es mayor a la media de agua que las raíces están absorbiendo del suelo; es decir, el suelo no está lo suficientemente húmedo y esto puede limitar el crecimiento de la planta. Sin embargo, las plantas sí disponen de un sistema de control para combatir deficiencias de agua menos extremas.

En muchas ocasiones, la respuesta de las plantas a una carencia de agua consiste en una menor transpiración, reduciendo así la perdida de agua. La falta de agua en las hojas provoca el que las células guardianas estén menos turgentes, un simple mecanismo que ralentiza la transpiración debido al cierre del estoma. Una falta de agua también estimula la síntesis y la liberación de ácido abscísico en la hoja; esta hormona ayuda a mantener el estoma cerrado por interacción con las membranas de las células guardianas. Existen diferentes formas en que las hojas responden a un déficit de agua, algunas especies, como las de hierba, enrollan su hoja en forma de tubo reduciendo así la cantidad de superficie expuesta al aire seco y al viento y, como consecuencia, la transpiración; aunque la hoja siga conservando agua, también se reduce la fotosíntesis, que es una de las razones por las que la sequía puede dar lugar una menor producción de la cosecha.

El crecimiento de las raíces también se ve afectado por las carencias de agua. El suelo o cualquier sustrato en el que crezca una planta suele secarse de la superficie hacia abajo, lo cual impide el crecimiento de raíces pequeñas, en parte porque las células no pueden mantenerse tan túrgidas como deberían para poder alargarse; las raíces más profundas, rodeadas por un sustrato más húmedo, sí podrán seguir creciendo. El sistema radicular prolifera de modo que maximiza su exposición a la humedad del suelo, pero esto requiere de más energía, lo cual da lugar a una pérdida del potencial de producción.

La clave para evitar el estrés por sequía (o falta de agua) es evitar que la planta se seque durante la fotosíntesis. El cierre de los estomas da lugar a una reducción del dióxido de carbono disponible para la planta, y las reacciones químicas de la fotosíntesis no pueden ser desactivadas en cualquier momento, a menos que la fuente de luz se elimine. Una deficiencia de dióxido de carbono resulta en un aumento de radicales libres en los cloroplastos debido a una compleja sucesión de reacciones químicas, ya que la planta responde a los radicales libres produciendo antioxidantes para neutralizarlos. Algunas hormonas de las plantas y aminoácidos libres se ven envueltos frecuentemente en el proceso, ayudando a la planta a aumentar su tolerancia a la falta de agua, causa inicial del estrés.

El cultivador podrá apreciar que tan pronto como el estrés desaparezca, las hojas afectadas comenzarán a recuperarse rápidamente, sin embargo, bastará con una semana o menos para que la planta muestre signos de envejecimiento en las hojas, las cuales se volverán amarillas debido a la ruptura de las moléculas de clorofila, lo que será, en parte, resultado del daño irreparable causado por los radicales libres mencionados anteriormente.

Exceso de agua

El exceso de agua puede acabar antes con una planta que una carencia de la misma. En los suelos anegados no queda suficiente oxígeno disponible para las plantas, debido a que la difusión del oxígeno en el agua es aproximadamente 10.000 veces más lenta que en el aire. Sin oxígeno comienza la respiración anaeróbica de las raíces, dando lugar a la producción de compuestos tóxicos en la planta. Entre los síntomas de un exceso de agua también se cuentan el marchitamiento y amarilleamiento de las hojas, la podredumbre de las raíces y un crecimiento irregular.

El principal problema en este caso es la falta de oxígeno. Hay muchas especies de plantas en las que este déficit de oxígeno desata la producción de etileno, lo cual da origen a la apoptosis en algunas células de las raíces, proceso por el cual una célula programa su propia muerte. La destrucción de estas células crea tubos de aire que pueden ser rellenados con aire proveniente de las partes de la planta situadas por encima del suelo, y proporcionar así suficiente oxígeno a las raíces, incluso cuando el suelo esté demasiado húmedo para contener el aire necesario.

Este mecanismo puede servir de ayuda en algunos tipos de cosechas como son las de maíz o arroz. Sin embargo, la mayoría de los cultivos comerciales de invernadero no pueden mantener los niveles de oxígeno necesarios para llevarlo a cabo; en estos casos, las raíces comenzarán a pudrirse rápidamente, e incluso aunque el cultivador reaccione rápidamente ante una inundación del sustrato las pérdidas en la cosecha pueden ser devastadoras.

Estrés por salinidad

Un exceso de cloruro de sodio u otras sales en el sustrato representa una amenaza para la planta por dos motivos. Uno de ellos es que da lugar a la reducción del potencial hídrico (energía potencial del agua) del sustrato, ya que la sal puede causar una deficiencia de agua en las planta incluso cuando haya agua suficiente en el sustrato. A medida que el potencial hídrico del sustrato se vuelve negativo disminuye el gradiente del potencial hídrico entre el sustrato y las raíces, reduciéndose así la cantidad de agua que es absorbida por estas. El segundo motivo es que el sodio y otros iones como el cloruro resultan tóxicos para las plantas cuando se encuentran en concentraciones tan altas que dificultan la permeabilidad selectiva de las membranas celulares de las raíces; es decir, la planta será incapaz de absorber selectivamente los nutrientes adecuados, solo el sodio será absorbido.

Muchas especies de plantas pueden responder a una salinidad del sustrato moderada produciendo solutos que son tolerados en altas concentraciones. Ha sido demostrado que la fresa puede producir compuestos fenólicos, a los que se le atribuye la capacidad de recuperar o mantener el potencial hídrico de las células de las plantas, en comparación con el del sustrato, sin admitir cantidades tóxicas de sal. Se trata, sin embargo, de una ayuda temporal, porque igualmente se producirán pérdidas en la producción, y si el estrés por salinidad dura demasiado la planta morirá.

Estrés causado por exceso de calor

Las altas temperaturas pueden causar un daño directo en las plantas, pero esto solo suele ocurrir por causa de pérdida de agua continuada y el consecuente estrés por sequía. Las plantas pueden sufrir también quemaduras por los rayos solares en periodos muy cálidos y de sequía. Cuando las temperaturas son extremadamente altas las plantas necesitan llevar agua de las raíces a los tallos y las hojas, y el agua abandonará la planta a través de los estomas en forma de vapor de agua – proceso conocido como transpiración. La transpiración enfría las hojas y otras partes de la planta, y previene de los daños derivados del estrés causado por el calor. Sin embargo, si no hay suficiente agua disponible para llevar a cabo este proceso la planta sacrificará parte de la superficie de sus hojas permitiendo que se quemen.

Daños producidos por el frío y las heladas

El frío y la escarcha son causas importantes de daños en plantas tiernas, aunque las plantas más duras también pueden sufrir lesiones si sus retoños son expuestos a heladas duras después de un periodo de temperaturas cálidas. Los síntomas suelen aparecer por la noche y pueden afectar a muchos tipos de plantas. Las hojas y tallos adoptarán un color negro y los cogollos y las flores pueden sufrir decoloración. Algunas de las flores afectadas por heladas pueden no producir frutos.

Daños consecuencia del empleo de químicos

Cualquier tipo de químico aplicado en la dosis o momento equivocados puede producir daños físicos en la planta. La mayoría de estas lesiones son producidas por pesticidas suministrados en exceso en un momento inadecuado o durante las horas de calor. Un uso negligente de los herbicidas también puede dañar o matar plantas a las que no iban dirigidos; la pulverización de los químicos suele ser una causa de daño inintencionado en las plantas. Las lesiones producidas por productos químicos se manifiestan tanto como manchas rojas, amarillas o marrones en las hojas puntas de las hojas en tonos marrones, plantas raquíticas, deformadas o con tono general amarronado, así como con la muerte de la planta.

Raíces, hojas (especialmente los estomas) y fotosíntesis juegan un papel crucial en las respuestas de las plantas al estrés. En algunos casos estas respuestas suelen ser muy similares, como ocurre con el estrés por sequía o por salinidad, ya que ambos factores reducen la capacidad de la planta para absorber agua. Hoy en día están en curso numerosas investigaciones para dilucidar los procesos que intervienen en la percepción del estrés por parte de la planta, así como los elementos que la hacen más o menos tolerante a las diferentes formas de estrés medioambiental.

@ZaidAlvarez7

Con información de www.canna.es

 

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El Trueque




En Venezuela, desde hace muchísimos años, una de las costumbres que se practicaba a diario, sobre todo en los pueblos, era el llamado trueque.

Se hacía el intercambio de un bien de consumo, o rubro, por otro de igual valor o importancia.

Los campesinos llevaban sus carretas cargadas de verdura al centro del pueblo y allí se reunían para hacer el intercambio. Todos quedaban felices por lo que recibían.

Actualmente, por la situación económica, se ha puesto de nuevo esa práctica, pero esta vez el intercambio lo hacen por semillas y animales, que van desde conejos, patos, gallinas, inclusos perdices.

Es por eso que para darle un carácter más organizativo se realizó en el estado Monagas el "Primer encuentro de productores de especies menores" donde el trueque se hizo presente. Los asistentes al evento intercambiaron lo que habían llevado por lo que necesitaban y vaya que funcionó. La invitación se hizo extensiva a más de 300 productores así como también a emprendedores y la asistencia fue masiva.

Eso nos deja una lección sumamente importante: que se deben realizar este tipo de eventos de manera periódica ya que permite, además del intercambio de saberes y experiencias, hacer el trueque. Esto, como está la situación resultaría en un alivio para muchos que no tienen la posibilidad de adquirir semillas pero que sí tienen animales que servirían como intercambio para adquirir ese tipo de elemento que les permitan cultivar la tierra.

Somos un país que se reinventa y que está acostumbrado a salir adelante incluso en las peores circunstancias, por ende es justo y necesario hacer todo lo que esté a nuestro alcance para seguir el camino que nos toca recorrer. Hagamos trueque.

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miércoles, 21 de agosto de 2019

Producción de berenjena


Para conseguir semillas de berenjena de muy buena calidad, los frutos seleccionados deben provenir de plantas que estén sanas, vigorosas y que estén libres de enfermedades o plagas. Deben cosecharse los frutos maduros (nunca pintones o verdes) que tengan el tamaño adecuado y que tengan el color característico (morado), sin brillo o amarillento. Se toman los frutos y se abren por la mitad con un cuchillo o cualquier utensilio afilado que sirva para realizar el proceso.

Luego se le extraen completamente las semillas, se enjuagan y posterior a eso se coloca la pulpa de los frutos en un envase plástico (puede ser también de metal), se cubre con agua y se deja fermentar de tres a cinco días, de acuerdo con la temperatura del lugar. Finalizado el proceso de fermentación, se vuelven a lavar con abundante agua las semillas hasta que queden completamente limpias. Después se colocan en una lámina de zinc y se dejan al sol durante ocho horas para reducir la humedad.

Es importante conseguir que el secado sea rápido para impedir el desarrollo de hongos que puedan afectar las semillas. Cuando se haya cumplido todo el proceso, se pueden sembrar las semillas y ¡a cosechar!
Autor: Zaid Álvarez

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Producir en Venezuela


En Venezuela es necesario aumentar la capacidad productiva para hacer frente a la guerra económica que, de alguna u otra manera, ha hecho mella en el bolsillo del común. El cultivo de diferentes rubros de ciclo corto y de ciclo largo combinados debe hacerse de manera urgente, pero contando con asesoría técnica que permita llegar a un feliz término la cosecha.
Se debe, también, prestársele el apoyo total a los campesinos, quienes conocen de verdad cómo es el proceso de producción ya que viven de eso: de la siembra. También debemos empezar a usar métodos diferentes a los actuales en cuanto a la elaboración de abonos. Urge abandonar el modelo químico por el natural, pues llegaremos al punto en el que no vamos a poder comprar los agroquímicos por el alto costo de los productos, además estos dañan el organismo y son causantes de diferentes enfermedades en el ser humano.
Es por eso que la lombricultura surge como alternativa a este modelo, pues se utiliza para que las plantas crezcan sanas y vigorosas, además de servir como proteínas para alimentar a humanos y animales. Entonces, ¿se puede producir en Venezuela? La respuesta es sí, pero contando con el apoyo de los diferentes organismos gubernamentales en materia de agricultura y afines, si lo que se quiere es cultivar cientos de hectáreas; pero si lo que desea es sembrar una parcela pequeña se puede hacer con recursos propios, ya que el gasto no es tan elevado para ejecutar estos proyectos.
¡Volvamos al campo, donde se cultiva la vida!
Autor: Zaid Álvarez
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viernes, 19 de abril de 2019

¡Enciende la vida!



Nos perdimos en el mundo tecnológico y olvidamos lo más preciado que tenemos: el contacto humano,  el “face to face” como dijo aquella miss.

Es lamentable, y así lo considero, que se le dé más importancia los aparatos electrónicos que a la misma familia. Padres que no le dedican ni un minuto a sus hijos sino que los dejan “jugar” todo el día con la computadora, no sabiendo el daño que eso les hace.

Recuerdo muy bien que cuando yo estaba carajito no existía eso del Facebook, Twitter, Instagram, ¡No! La tecnología era un “mensajito” de texto, y eso era una cuestión como que lo mejor del mundo.

Existía el Atari, sin embargo nosotros, los niños, le dábamos más importancia a las pichas (metras), trompos y papagayos (voladores). Todas las tardes, en vez de estar en un cyber dañando nuestro cerebro con los benditos juegos en línea, nos íbamos a casa de algún vecino a “matar la partida”.

Ahora bien, en las noches lo que se jugaba era “poti-poti” o “castillito”, eso era vida, ¡Verdadera vida! Ya a las 9 de la noche, todos estaban en sus casas durmiendo. ¿Quedarse en la calle hasta las 11 de la noche?  Eso era una pela segura y un castigo que incluía limpiar el fondo de la casa por una semana y si uno decía algo, era peor.

¿Qué cambió?

Muchos le echan la culpa a la televisión, a la educación y al Gobierno, ¡Qué idiotas! El ser humano empieza a formarse desde el hogar. Si un niño llega a su casa con algo que no le pertenece usted, como padre responsable, debe hacer que le diga de dónde proviene ese objeto para devolverlo, jamás debe apañarle esas malas costumbres.

La escuela lo que hace es enseñar, educar y mostrarle el camino al niño para que sea un profesional exitoso. Los valores morales los inculca la familia. No les eche usted la culpa a los maestros si su infante es irrespetuoso. El Gobierno tampoco tiene que ver en esto, y lo digo muy en serio.

La televisión no tiene la culpa, es solo un aparato. Los culpables son los que permiten que allí pasen todo tipo de porquerías que incitan, indudablemente, al joven, niño o adolescente, a cometer actos (vandálicos y lascivos) que van en contra de la moral y las buenas costumbres.

¿Cómo contrarrestar esto?

Compartiendo con sus hijos. Esa es la única recomendación. Yo, casi todas las tardes, llevo a mi hijo de tres años al estadio a que vuele el “papagayo”, incluso cuando no es temporada de voladores;  también lo pongo a jugar fútbol y estando allá lo voy educando, enseñándole que debe compartir con los demás niños el balón porque el juego es en colectivo, no individual.

¿Saben lo bonito que es enseñarle a un infante a hacer un volador? Yo sí, y la emoción que siento al hacerlo en inmensa. Me quedan mirando como diciendo: “eso es lo más impresionante que he visto”, y me preguntan para qué es cada componente del mismo. Me toca explicarle y a medida que va pasando el tiempo ellos, o él, se van interesando más por ese juego tradicional, al punto que ya no es uno solo que se anima a ir, sino cinco o seis niños.

Hagamos más por nuestra familia, por nuestros hijos. Desconéctale la computadora, apágale el televisor y enciéndele la vida para que ellos (as) vean que hay un mundo más allá de un aparato de esos.


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¡Dios los bendiga!

Volvamos al campo, donde se cultiva la vida.
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lunes, 21 de enero de 2019

10 Reglas de oro para regar





Para evitar que sus plantas se queden marchitas en verano, necesitan mucha agua. Pero, ¿Cuánta o con qué frecuencia se deben regar? ¿Es mejor echar el agua por encima o por debajo? Siga leyendo y encontrará información útil para el riego de sus plantas.

Regla no. 1: Mantener humedad uniforme

La mayoría de las plantas dependen de una humedad uniforme. Sin embargo, que se seque antes de regar promueve el crecimiento de raíces de las plantas.

Regla no. 2: Riegue con menos frecuencia pero a fondo

En el lecho de flores, una o dos sesiones de riego por semana suelen ser suficiente: es mejor el agua con menos frecuencia, pero con un montón de agua en lugar de un poco de agua a menudo.

Regla no. 3: Riegue al atardecer o a primera hora de la mañana

Cuando el agua enfría el suelo por la tarde o noche, se evapora menos que cuando el suelo está caliente durante el día y las plantas puede abastecerse de agua antes de que llegue el calor del día siguiente.

Regla no. 4: Mantener las hojas secas

Las hojas mojadas se convierten en hojas enfermas. Si se mantiene húmedas durante la noche, puede dar lugar a moho en la hoja. Las hojas que se dejan húmedas al sol pueden desarrollar marcas leves de quemaduras.

Regla no. 5: Dar la cantidad correcta de agua

Requisito de riego significa que suficiente agua debe llegar a las raíces. Poca agua a menudo sólo cubre los centímetros superiores del suelo - o ni siquiera llegar a ellos en absoluto, por ejemplo, cuando hay un acolchado que cubre el suelo y el riego demasiado escaso. Requisito de riego también significa que las plantas de cultivo son particularmente dependientes de la tierra uniformemente húmeda sobre todo hasta que sus cultivos están maduros para la cosecha (por ejemplo: la formación de raíces y bulbos (zanahorias, patatas), hoja (albahaca), cabezas (coliflor, lechuga) o fruta (tomate y otras frutas).

Regla no. 6: Dar grandes cantidades de agua por partes

El agua necesita un momento para ser absorbida por la tierra. Antes de derrochar un agua preciosa y dejar que  fluya sin usar, es mejor regar de forma repetida por partes.

Regla no. 7: Regar con un objetivo pero distribuido

Regar siempre el mismo punto de la raíz sólo una conduce al crecimiento de las raíces por un solo lado y por  tanto a una mala absorción de nutrientes en el suelo. Por lo que siempre hay que regar alrededor de la planta y distribuir por  toda la zona.

Regla no. 8: Regar de manera que ahorre agua

Regar tanto como sea necesario y tan poco como sea posible. Esto se simplifica con un sistema de riego automático con un sensor de humedad - en el balcón y en el césped.

Regla no. 9: Evitar el encharcamiento de agua

El agua encharcada suprime el aire que llega a las raíces - las células de las raíces se ahogan sin oxígeno.

Regla no. 10: Use tierra de calidad, rica en arcilla

La tierra rica en minerales de arcilla tiene mejores propiedades y por lo tanto puede retener el agua mejor y de una manera más uniforme. En los veranos húmedos y en invierno, asegúrese que el agua drene bien para impedir el anegamiento.

Con información de: https://bit.ly/2nfY0pB





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¡Dios los bendiga!
Volvamos al campo, donde se cultiva la vida.



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lunes, 14 de enero de 2019

¿Qué significa "volvamos al campo, donde se cultiva la vida"?



 ¿Qué trato de expresar cuando digo "volvamos al campo, donde se cultiva la vida"?

Incluye muchas cosas, una de ellas sería rescatar esos conocimientos de nuestros antepasados donde para calmar un dolor de oído usaban una hoja de libertadora caliente con un poquito de aceite y se la colocaban hasta que se pasara el dolor. Es decir, cultivar en tu casa las plantas que puedan servirte para tu beneficio.

Ahora, los que tengan extensiones de terrenos y puedan sembrar plantas frutales, hortalizas y rubros que sirvan para el consumo humano también es válido. ¿Por qué hago esta aclaratoria? Porque muchos se quejan de que cómo van a volver al campo con la inseguridad y falta de insumos y bla bla bla...

"Volver al campo, donde se cultiva la vida", no es que se van a ir a pasar necesidad, sino que de acuerdo a las facultades de las personas, aprovechen cada centímetro para cultivar, así sea, y como dije al principio, una planta medicinal que les sirva, por lo menos, para calmar un dolor.

¿Entendieron?





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¡Dios los bendiga!

Volvamos al campo, donde se cultiva la vida.



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